domingo, 29 de julio de 2007

FOTO DE DON ANTONIO















los vasos emborronan su figura
sus manos cruzadas sobre el bastón
y esa dulzura de abuelo
/que usted nunca fue/
esa dulzura
decía
en la boca y los ojos
don Antonio
leerlo ahora quizás es otra cosa
aquí
una tarde cualquiera
tan lejos y tan cerca
recordando que cuando murió su amada usted pensó en hacerse viejo
pero no pudo
porque fue a encontrar otros ojos como esos
en alguna ventana
un día de sol y flores
yo no sé si comprenda
don Antonio
no sé si me perdone que lo vea pasar
también a usted
humilde como el sueño de un bendito
que me vaya enredando
en aquel olmo viejo al que sin saber cuándo
le nacieron algunas hojas verdes
–otro milagro de la primavera –
don Antonio Machado
como a usted le nacían esperanzas en los ojos cansados
usted
querido don Antonio
tal vez no lo sabrá
pero de alguna manera también nos ha ido haciendo
porque su estela en la mar
no se borrará nunca
ni siquiera en ese último viaje hacia el destierro bajo la lluvia gris de invierno en la frontera
cuando su mirada ya se había vuelto
a los días azules
y al sol de su infancia
que también es la nuestra
porque son sus huellas el camino
don Antonio
el camino
y mucho más

domingo, 22 de julio de 2007

PASILLO COSTEÑO

a la memoria de mis tíos
Argentina y Pancho Suárez
el viejo monumento del parque centenario
las calles con sabor a puerto y sal
las iguanas del parque
los helados
las ácidas grosellas
el calor en el aire y en el alma
las antiguas historias de familia
/esas leyendas de pasado y sombra/
la ría
y el estero
la ciudad que amo porque me recuerda
las cruces sobre el agua
el malo pequeñito
y el cholo que se fue pa’ guayaquil
en cada esquina
el tiempo irrescatable
que jamás nos perdona
los pasos que recojo
la certeza del mar
y esos sitios vacíos /ahora tantos/
de gente que me amó y que ya no está

LUNA












la noche no es lo que parece cuando
ululan los pequeños búhos sabios
nadie descifra el pozo del silencio
a costa de la luz de tu sonrisa
¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

GORDITAS HORROROSAS

Como a la gente le gusta hablar de lo mismo durante décadas y siglos, voy a volver sobre el tema de las gorditas horrorosas, pero no para referirme a los desatinados calificativos del presidente Correa, sino para hablar desde mi experiencia de gordita, horrorosa o no, en este mundo flaco y anoréxico.
Antes que nada, quisiera aclarar que estoy consciente de que hay que cuidar la salud: hacer ejercicio, comer saludablemente, no excederse. Y estoy consciente de haberme descuidado en varias etapas de mi vida.
Sin embargo, ahora suele sucederme, por ejemplo, que regresa a mi vida alguna ex vecina del barrio cuyo nombre ni siquiera conocía, y que aparte del saludo jamás cruzó media palabra conmigo, pero ahora viene a verme porque, como amiga mía que es (?) está "interesada por ayudarme". Así dice. Entonces llega con un maletín y se instala en mi sala y comienza primero que nada a predicar la religión de la cintura de sesenta centímetros, a hablarme del infarto, la diabetes, los accidentes cerebro vasculares, la orfandad de mis hijos, y cuando estoy a punto de tener todo eso solo por el terror, entonces saca la panacea. ¿Adivinaron? ¡Los productos para adelgazar! Un jugo de no sé qué. Un batido de por más acá. Unas pastillitas que tienen "solo un poquito" de picolinato de cromo. Facilito, según ella... pero, por si acaso, no me servirá de nada si no hago dieta y ejercicio. ¿Y entonces, dónde está el chiste? me pregunto.
O me sucede que estoy en la farmacia comprando cotonetes, y de la nada sale un señor educadísimo que no quiere ser grosero conmigo ni inmiscuirse en mi vida pero teme por mi salud, pues a simple vista puede observar que me acerco peligrosamente a los límites (nadie sabe si superiores o inferiores) de la obesidad mórbida. Entonces él, con todo respeto, me quiere recomendar un producto, unas capsulitas que esto y lo otro y que solamente tienen un inconveniente, al principio, y es que puede haber "fugas". ¿Fugas de qué? Bueno, ciertas "fugas intestinales". ¿? Pero eso solamente hasta acostumbrarse. Entonces salgo corriendo, mejor, antes de enterarme del resto.
Camino media hora diaria por lo menos cinco días a la semana. Los martes y jueves como exclusivamente frutas y líquidos. No soy flaca (probablemente nunca vuelva a serlo). Pero me siento bien. Obviamente, la edad pasa facturas, pero son facturas justas, que vienen de las batallas personales y no del señor que te vende un adelgazante diarréico o de una señora que se hace amiga tuya solo para venderte productos que en el fondo no sirven para nada si no haces dieta y ejercicios.
Comprendo que la gente tiene que vivir de algo. Comprendo también que la gente tiene que ser emprendedora y buscarse la vida en estas épocas de crisis. Pero cada vez que alguien, con la mejor intención del mundo, se me acerca y alude -con todo respeto, cortesía y sana preocupación - a mi peso, me siento mucho peor de lo que pudo haberse sentido Sandra Ochoa ante el infortunado desliz de Rafael Correa.

sábado, 14 de julio de 2007

FRATERNIDAD

a mis hermanas y mi hermano
no se trata solamente
de haber ocupado la misma barriga en turnos sucesivos
ni de haber compartido
los traumas y los sustos de la infancia
así como sus juegos y alegrías

no se trata tampoco
de habernos pellizcado gritado y arañado
cuando fue necesario marcar el territorio

no se trata
de haber sido una vez
más patronal que leal a los iguales

se trata de el sendero que andamos a destiempo
de todo lo que une más allá del pasado
de la sangre
/supongo/
de iguales componentes
que nos lleva a reírnos de herejías
a imitar a los viejos en secreto
/aún ahora que ya no somos jóvenes/
se trata de torear con humor las tristezas
y el implacable arribo de sombras y problemas

se trata
/se trató
desde el primer momento/
de haber ido aprendiendo a ser nosotros
sin dejar de ser únicas y único
y de poder marcar el territorio
con sonrisas
palabras
y razones
que enlazan el cariño
y lo construyen
más acá del pasado y los esquemas

DIARIO INDEPENDIENTE

Dicen que no es así. Que todas las palabras de la reunión con la directora del periódico están grabadas. Pero puestos a decir, yo también puedo decir que está grabado todo lo que he dicho en algún evento, mientras un buen editor hace los cortes pertinentes.
Eso no importa tanto. Tampoco importa que se hayan declarado un medio de oposición al gobierno actual (¿independientes?). Lo que importa es que, después de todo el sostenido lloro por la libertad de expresión, en palabras que seguramente no están grabadas aunque se hayan pronunciado, se haya amenazado a la planta completa de empleados con exclusión de facto si se apegan a la corriente política del Presidente.
Me dirán que en Cuba no puede haber periódicos de oposición. Ese no es mi problema.
Me dirán que cada medio define sus políticas. Y tienen toda la razón.
Me dirán que cada empresa es libre de prescindir de quien no le es funcional. Y estoy de acuerdo.
Pero si todo eso resulta así, y sobre todo si el medio responde a unos bien definidos intereses económicos así como a una línea política muy clara y nadie puede manifestarse, al menos dentro de sus páginas, en sentido contrario, me gustaría que alguien me explicara, con tino, con cuidado y con claridad, por qué siguen poniéndose, como un pomposo membrete en la primera página, el inexacto calificativo de "diario independiente".

domingo, 8 de julio de 2007

AQUÍ

aún estoy
y permanezco
a veces
/para qué voy a negar/
abriéndole la puerta a la amargura
para beber de sus lugares comunes

aún
estoy aquí
enamorada de estatuas de cera
sin preguntarme cuándo
porque ya sé que nunca
/eso es lo más probable/
pero a veces por qué
y por supuesto
qué quién cómo y dónde

el tiempo ha comenzado
a marcar ya mi piel
y quizá poco a poco
mis pasos y mi voz

y sin embargo
estoy
y permanezco
ajena a veces
rebelde siempre
aunque no sepa mucho qué es lo que toca hacer
desprovista de dioses
y de miedos

un poco triste
por eso que le dicen el temperamento
un poco alegre
por eso que le dicen sal quiteña
un poco ajena
porque nunca pertenecí
y un mucho sola
porque así lo quiso alguien
que decidió sin preguntarme nada

pero ya no quiero rogarle
migajas al tiempo
ni manos tibias a la noche en celo
ni robar besos por medio de asaltos
a mano desarmada
ya no quisiera mendigar secretos
ni sonrisas
que me definan
o me sobrecojan
para luego volverse hachas y agujas
ni lamentar el frío
que asola los ventrículos en cada despedida

pude dar vida
y dar a luz palabras
/esas historias que me construyeron
sin yo reconocerlo/
puedo mirar el sol cada mañana
y decir estas cosas
que ya no sé si importan
o interesan
pero que por lo menos cobran forma
y hacen más llevaderos los silencios
y el paso desolado de los viejos fantasmas

SOLUCIONES


Ya he hablado de política en otros artículos, así que ahora prefiero "fresquearme" un poco y enfocarme en temitas menos serios.
A veces me da por observar las soluciones que los ecuatorianos planteamos a los problemas cotidianos, y me pregunto el porqué de una tendencia que se parece más a la venganza o el auto castigo que a las ganas de arreglar las cosas. Vamos a ver, por ejemplo, dos situaciones bien comunes entre nosotros:
  • Un auto se ha estacionado delante de la puerta de un garaje o de una salida. El dueño del garaje necesita salir de urgencia de este garaje. Pregunta al guardia de la calle si sabe algo. El guardia no ha visto ni sabe nada (qué raro). El hombre (o la mujer) espera un rato, mira a ver si alguien viene por algún lado. Nadie. Entonces la víctima de esta circunstancia, presa de la mayor indignación, antes de ir a llamar un taxi para irse a donde sea, toma la salomónica decisión de castigar al infractor o infractora, y baja dos de las cuatro llantas del auto estacionado en su garaje. Luego, ya tranquilo por la efectividad de su "venganza", se va en taxi, bus o trole a donde sea. Me pregunto: ¿qué obtuvo? ¿acaso no se da cuenta de que el hecho solamente prolongará la estancia del auto infractor en su puerta? ¿no habría sido más efectivo llamar una grúa, o algo así?
  • Hace poco circuló por correo electrónico la noticia del asesinato de un joven en el Centro Histórico, dicen que para robarle un teléfono celular. Hecho lamentable que todos deberíamos censurar. Pero en el texto del "mail" (muy mal escrito, por cierto) se proponía una 'salomónica' solución para frenar la delincuencia en el Centro Histórico de Quito: no ir más. O sea, dejar desierto el lugar, seguramente para que los hechores de ese y otros crímenes 'caigan' con más comodidad a otras víctimas que se vean obligadas a ir por cosas de la vida. No ir más, decían, para castigar a la policía y a las autoridades municipales que no han hecho nada para precautelar la seguridad de los visitantes al lugar. Me vuelvo a preguntar: ¿siquiera se percatarán del 'castigo' los concejales y policías municipales? ¿le afectará al Alcalde que la gente deje de ir al Centro Histórico y se quede viendo Nick at nite en su casa? Obviamente, quienes sí se verán afectados por este boicot serán los honestos comerciantes y dueños de locales del centro que, sin tener arte ni parte en el crimen, sufrirán enormes pérdidas por este castigo inmerecido para ellos.
Alguna vez, en alguna institución capitalina, los empleados estaban inconformes con ciertos manejos, y decidieron no aceptar el agasajo por fiestas de Quito que se ofrecía. Alguien, con sabiduría no exenta de sarcasmo, sentenció: "Bueno, entonces también devolvamos el décimo tercero (sobresueldo de diciembre)". No sé si viene del catolicismo español o del proverbial masoquismo serrano y ecuatoriano, pero cada vez que ocurre una de estas circunstancias recuerdo aquel refrían que dice que con frecuencia el remedio puede resultar peor que la enfermedad.

sábado, 7 de julio de 2007

LA CIUDAD SOÑADA





(Barcelona, la ciudad que amé aún antes de conocer)
para Joan y Montse
las últimas palabras de un libro que amé escribir
se fueron construyendo entre tus calles
el parque de sinuosos asientos de azulejos
el templo de obsesiones de un viejo solterón
sitios
y gente
que entreví en los sueños
que saqué de los libros de laforet y rodoreda
que aprendí a amar desde el verso de espriu
y que oí en las canciones de serrat y los otros
ciudad
que me regaló el sol hasta en la noche
que me acogió en su puerto
y en su rambla
como a una más de todos
que caminé cansada pero alegre
entre su arquitectura alucinante
ahogada de nostalgia por mi padre
feliz por los amigos
que al fin pude abrazar sin distancia que valga
simplemente ciudad
marcada a fuego en todos mis recuerdos

NO VAYAN A ESE PSIQUIATRA

La vida y sus vericuetos me han llevado a conocer a algunos buenos profesionales de la psicología. Aunque a veces los he encontrado en los medios, ha sido para hablar sobre temas más bien generales, y a ninguno de ellos lo he escuchado jamás diagnosticando a distancia sobre tal o cual personaje en una radio o en un canal de televisión, lo que da fe de que, a más de excelentes profesionales, son gente íntegra y de recta conciencia, con un alto sentido de la ética que su profesión exige.
Por eso sorprende que, en ciertos noticieros mañaneros y otros medios, algunos “profesionales” del comportamiento humano, entre ellos un siquiatra de apellido Palacio (coincidencias de la vida) haga una “evaluación” o diagnóstico del perfil del presidente Correa y saque algunas conclusiones más bien peregrinas:
  • Correa es misógino. ¿Saben por qué? Porque, con falta de tino, es cierto, llamó “gordita horrorosa” a una señorita periodista. Ese, de acuerdo al connotado siquiatra, es un síntoma innegable de misoginia galopante. Correa odia a la mujer, así es. Y si de adjetivar se trata, entonces la misoginia cunde entre nosotros.
  • Correa tiene una velada tendencia a la homosexualidad. Este hombre tan sabio, Palacio, ignora por completo que de acuerdo a la OMS la homosexualidad hace rato que ya no se considera una patología, ni siquiera un comportamiento pernicioso o conducta fuera de lo normal. Pero lo que conoce bien, seguramente, o de lo que fue instruido antes de la entrevista, es la necesidad que el periodista que lo entrevistaba tenía de apoyarse en la proverbial homofobia y el machismo de algunos sectores de nuestro país para lanzar una especie de “acusación”, no demostrada además, basada en retrógrados criterios más moralistas que psicológicos.
  • Correa tiene severos “trastornos” de personalidad. De seguro Palacio se dio cuenta de esto último al tratar con el señor Ortiz, uno de los hombres más ecuánimes y equilibrados del Ecuador, que rebosa paz interior y armonía con el universo.
Lo mejor de todo es que el doctor Palacio, entre otros, ha elaborado esta sesuda evaluación, tan llena de espíritu científico, después de haber hecho lo que todos nosotros sin ser siquiatras, psicólogos, ni siquiera recepcionistas de consultorio, es decir, observar las actuaciones de Correa en sus apariciones públicas. ¿Algún test? ¿Alguna consulta? ¿Alguna conversación de tres minutos? ¿Alguna “check list” aplicada al involuntario 'paciente'? No. Nada de eso. La pura observación en bruto, así nomás. Como el psicólogo transpersonal más famoso del Ecuador, y como el eterno fiscalizador Carlos González (cuya manía impugnadora y compulsión por fiscalizar también resultarían un fascinante material a los estudiosos de las obsesiones e ideas fijas), los tres en igualdad de condiciones, opinando a diestro y siniestro sobre la salud mental de Correa.
No apruebo ciertas actuaciones y sobre todo ciertos dichos del presidente Correa. Puedo comprenderlos, sin embargo, en su contexto, como una humana reacción eventual, debida al hostigamiento del que es objeto por parte de ciertos sectores de la prensa, que salvaguardan intereses bien conocidos por todos. Pero lo que sí resulta inadmisible es que algunos “profesionales” , olvidando un mínimo de la ética que su trabajo requiere, se presten para “diagnosticar” en los medios, insultando así las nobles finalidades de la psiquiatría y la psicología, profesiones que van mucho más allá del moralismo barato o la defensa de los intereses oligárquicos, y cuyas principales virtudes como estudio del comportamiento humano son la discreción y la ponderación en el momento de emitir opiniones y juicios de valor.

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