frondoso
el palo santo de las islas encantadas
se levanta
cuando todavía es joven
y nadie lo reconoce
los días pasan sobre su corteza
y poco a poco
una a una
las hojas van cayendo
no dice nada de dolor
ni de soledad
tan solo se desprende de todo lo que tuvo
para poder vivir
un año más
dejar ir
sin llorar
o sin jamás mostrar que se ha llorado
dejar pasar
y tan solo confiar
saber que no se aroma
sin dolor
y tan solo seguir
sin desmayar