lunes, 27 de noviembre de 2006

no fui para el amor
de alguna parte me vendieron sueños
y pensé
yo también
pero no
me dieron letras números palabras
música
libros
hijos amigos hobbies y mascotas
me dieron cosas nada despreciables
y personas que son pan y alegría
así puedo olvidarme del dolor
y acompañarme en esta soledad
que sin embargo
en las tardes de lluvia
me lastima los huesos
recordando
a mi pesar y más allá de todas
mis buenas y optimistas intenciones
que
aunque parezca ingrato e inexacto
no fui para el amor

sábado, 25 de noviembre de 2006

INSULTAR CON EPÍTETOS DE ANIMALES...

INSULTAR CON EPÍTETOS DE ANIMALES
¿ES JUSTO?


Un hombre infiel es un "perro".
Alguien ingrato es "como un gato".
Una persona intrigante es una "víbora".
Un traidor es un "alacrán".
Un político corrupto es una "rata".
Un jefe de transnacional ambiciosa es un "tiburón"...
Y así.
¿Qué nos impulsa, como seres humanos, animales, al fin, a insultar de esa manera a nuestros semejantes? ¿Por qué atribuimos a los animales actitudes y valores morales que no nos consta que los tengan o no los tengan? Si bien los perros suelen andar con varias hembras de su especie, ¿no hacen los mismo los humanos, y no necesariamente porque sea una cosa mala? Y, que yo sepa, jamás hemos sabido que una víbora se dedique a echar cizaña por ahí contra sus congéneres ni siquiera porque tiene una lengua viperina. El alacrán pica y ataca por supervivencia, como la mayoría de seres de este planeta que se han visto inmisericordemente atacados por la ambición, la estulticia y el deseo de abarcarlo todo de los mal llamados "humanos". A las ratas las consideramos malas, sucias y dañinas porque roen nuestros muebles; y a los tiburones (que ya vamos en camino de extinguir) les echamos la culpa de asesinos y acaparadores, cuando sería de preguntarse por la relación de muertes que existe entre las de tiburones ocasionadas por seres humanos y la de humanos ocasionadas por tiburones.
Lamentablemente para todas las especies del planeta, la aparición del ser humano sobre la faz de la tierra marcó un enfrentamiento entre la supuesta "inteligencia" del uno y la fragilidad de los otros seres que durante siglos vivieron según sus instintos y sus éticas de especie que, me atrevería a decir, siempre fueron mucho más consecuentes y respetuosas del ambiente que la supuesta superioridad moral del ser humano.
Y después de destruir su espacio vital, corromperlos con nuestra fatuidad, matarlos hasta extinguirlos solamente por ambición, nos permitimos, encima, utilizar sus nombres para señalar defectos que, te guste o no, son patrimonio exclusivo de la humanidad: la infidelidad, la violencia, la avaricia, la intriga, la maldad, la ambición y hasta la ridiculez.
¿No se han preguntado, si los animales pudieran estructurar el pensamiento como nosotros, qué comparaciones harían?
Por poner algunos ejemplos:
Fatuo como reina de belleza.
Ambicioso y avaro como banquero.
Asesino sanguinario como Bush.
Corrupto como político.
Chismoso como...
En fin, por este motivo, ahora, cada vez que pienso en llamar a alguien "rata asquerosa" o algo parecido, me abstengo de corazón. No por la persona, es que no quiero ofender a una sola de las ratas que, a su manera, son muchísimo más limpias e íntegras de alma que algunitos...
Piénsalo tú también...

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