martes, 17 de junio de 2008

michael




Dice un pensador francés que no son solo los lazos de sangre los que forman el parentesco, sino también los del corazón y de la inteligencia. Palabras sabias, pues aunque los lazos de sangre son indelebles y marcan la vida de las personas, los del corazón y la inteligencia también se convierten en dulces ataduras del afecto. Y no solo eso, sino que esos lazos de la inteligencia y el corazón terminan, muchas veces, conduciendo al encuentro de las sangres.
Tal vez eso fue lo que le ocurrió a Michael Handelsman cuando se enamoró de una mujer costeña llamada Victoria, alguna vez que sus estudios y su interés por la literatura latinoamericana lo trajeron por estas tierras. Los lazos de la inteligencia y el corazón no tardaron en anudarse de manera indeleble y permanente.
Pero Michael Handelsman no solamente se unió en matrimonio con Victoria Suárez. Fue más allá, y por eso escribo con orgullo y cariño estas letras acerca de él. A pesar de vivir en Estados Unidos, no solamente hizo del Ecuador eso que se suele llamar una ‘segunda patria’, sino el lugar que su corazón y su pensamiento adoptaron con amor y dedicación para mirar desde fuera, con los ojos del alma bien abiertos, su cultura, sus letras y su innegable valor, y así mostrarnos también a los ecuatorianos, con frecuencia ‘mal’ acostumbrados a la maravilla y por lo mismo descuidados de ella, todo lo de esplendoroso y sabio que las palabras de nuestros poetas, narradores y pensadores encierran.
La ficha bio-bibliográfica de Michael Handelsman nos cuenta: “Ha publicado doce libros y más de sesenta artículos en revistas de literatura sobre temas ecuatorianos y latinoamericanos que abordan distintos tópicos. Su libro más reciente, Leyendo la globalización desde la mitad del mundo: identidad y resistencias en el Ecuador (Quito, El Conejo, 2005), recibió el Premio Isabel Tobar Guarderas del Distrito Metropolitano de Quito (2005), y el A.B. Thomas Book Award del Southeast Council on Latin American Studies (2006) en Estados Unidos” (http://www.uasb.edu.ec). También sabemos que durante más de treinta años, Michael Handelsman se ha dedicado a difundir temas de la literatura y la cultura ecuatorianas en Estados Unidos y otras partes del mundo.
Por todos estos motivos, la Universidad Andina Simón Bolívar le ha entregado el título de Profesor Honorario. Y ha hecho bien, pues no solamente ha reconocido la validez académica y docente de un profesional íntegro y preparado, sino algo que lamentablemente menos ecuatorianos de lo que haría falta solemos hacer: amar a nuestro país desde dentro y desde fuera, adentrarse en los vericuetos de las palabras dichas desde un dolor ancestral, valorar las luchas por resistir los embates de un mundo globalizado y cruel, y saber mantener –mil gracias, Michael– intactos y cada vez más fortalecidos, esos lazos que nacieron alguna vez de la unión de las inteligencias y los afectos.
En verdad, es mucho lo que todos los ecuatorianos y ecuatorianas que amamos a nuestro país y su cultura le debemos a ese hermano de nuestro corazón que es Michael Handelsman.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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