viernes, 26 de enero de 2007

A TODOS NOS TOCARÁ



El miércoles pasado, como muchos ecuatorianos, recibí con dolor, con sorpresa, con asombro, la noticia del fallecimiento de la Ministra Guadalupe Larriva. Todavía no supero ni me repongo de la impresión, y espero que, como han dicho ya muchos, no sea una desparición más en este país en donde todo tipo de accidentes son el pan cotidiano, y en donde estos sucesos provocan escándalo, conmoción, declaraciones... y luego... bueno, hasta ahora no hemos comprobado si la muerte de Jaime Roldós, por ejemplo, fue accidental o intencional (aunque en el fondo casi todos lo sabemos)... y ya van veintiséis años, nomás.
Como dicen por ahí, las hipótesis de accidente, de imprudencia, de novelería, de quién sabe qué hacía ahí esa guagua, terminan siendo pretextos para excusar algo de lo que cada ser humano debería estar consciente durante todos los minutos de su existencia: a todos nos tocará, y nadie sabe cuándo llegará su hora.
Pero ni siquiera el dolor que provocan estos sucesos puede impedir que observemos el tratamientos que de ellos se hace en los medios de comunicación, muchas veces con cierta irresponsabilidad y sin pensar en los alcances de lo que se puede hacer o decir al respecto:
  • La especulación: Nada está demostrado, no hay pruebas ni se ha comprobado nada. Sin embargo, tanto de una tendencia como de otra, se hacen afirmaciones temerarias y se fuerza a los entrevistados, en muchos casos, a aceptar hipótesis que pertenecen a los maledicentes periodistas que las esgrimen.
  • El sensacionalismo y el morbo (I): Fotografías de los restos de las naves calcinados y esparcidos por el suelo, imágenes de los cuerpos "empacados" en la morgue antes de sus traslados a los respectivos funerales. ¿Es realmente necesario que, aparte de los técnicos e investigadores, todos, incluidos los familiares más cercanos de las víctimas, miremos esas escalofriantes imágenes?
  • El sensacionalismo y el morbo (II): ¿Es necesario acudir con una cámara y hacer close-ups de los momentos más íntimos y a la vez dramáticos del dolor de los familiares de los fallecidos? ¿No es eso violentar un momento personal de dolor con el pretexto del derecho a la verdad y la información? Para los que quieren ver llorar, están las telenovelas. Pero creo que en este tipo de eventos se deben privilegiar las tomas generales y respetar los momentos de legítimo quebranto de los familiares y deudos sin convertirlos en un espectáculo masivo.
  • La cobertura informativa: Comenzando por anunciar, en un flash que "habría muerto la Ministra de Defensa"... ¿no se puede esperar un poquito a confirmar la noticia? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de soltar una afirmación de ese tipo en un medio masivo?
  • El lenguaje: Se me puede acusar de fijarme en intrascendencias, pero cuando escucho expresiones como lamentable deceso, trágico accidente, y cosas por el estilo, vuelvo a preguntarme si el comunicador piensa un poco en lo que está diciendo: en nuestro medio católico, pero no fundamentalista, ¿qué deceso no es lamentable? ¿qué accidente en el que hay siete muertos no es trágico? ¿es indispensable calificarlo todo aunque se diga lo mismo de siempre? Me dirán que eso no es fundamental. Sí, no lo es. Pero también lo es. Un comunicador debe cuidar el lenguaje en todo momento y no repetir frases hechas y lugares comunes porque sí.
  • La figuración: Deudos, amigos, coidearios, compañeros de gabinete... sí, presencias legítimas... y otritos, que nadie sabe qué hacen ahí, aparte de poner su carita fente a las cámaras; pero por suerte la gente ya sabe a quién acoge y a quién repudia.
En fin, que todos, hombres y mujeres, sigamos el ejemplo de esta mujer valiosa, solidaria, inteligente y trabajadora. Y no digo "paz en su tumba" porque, si nos ponemos a ver, a no ser que se produzca algún altercado o cosa parecida, ¿en qué tumba no hay paz?
Digamos, más bien, entonces: paz y consuelo en el corazón de todos quienes por ahora sufren el dolor de la sorpresiva pérdida de estas siete vidas. Y que Dios redoble su protección para todos y cada uno de los miembros de este nuevo gobierno.

2 comentarios:

fernando naranjo dijo...

¿Sabes, Lucrecia? Estoy realmente sorprendido de la nula reacción de este evento en la bloggería. Estos chicos y chicas tan dispuestos a comerse a adjetivazos aun no reaccionan. ¿Leíste lo de Iturburu? Ya hay uno, me dije ayer. Realmente si no encontraba tu post me iba a dar una pena paralela, igual y tan profunda como la que me ha causado la partida de Guadalupe. Contigo son dos. Ya es algo.

Anónimo dijo...

Hola, me les uno,sobre todo porque es una noticia de actualidad, y creo que vale la pena el análisis de medios. En un canal (5) se negaba cualquier otra hipóstesis que no fuera accidente. En otros (2) se conjeturaba cualquier otra cosa aclarada por el entrevistador con la frase de: La especulación aparece cuando hace falta información.
Lo interesante del 2 es el seguimiento que han hecho del tema, que ojalá no desaparezca.
La entrevista que Vera hizo esta mañana a un comandante de las FFAA fue vergonzosa. Es decir, las respuestas infantiles y poco articuladas de este emisario que enviaron para que de la cara, una cara que generalmente no conocemos y que se esconde detrás de unas siglas.
Saludos

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