Aún recuerdo su sonrisa y siento que el destino
es como algunas botellas donde duerme el vino
una se conserva
y otra se avinagra
y aunque el tiempo
mate ciertas bellas almas
siempre guardo lo que fuera suyo y mío
y les puedo asegurar
que no tuve nunca más
un amigo igual
Víctor Heredia
el corazón roto
hasta funciona
no crean que no
late
y suena un poco desafinado
pero también nos duele
ahí donde quedaron
los restos de un afecto que creímos real
el corazón roto
hace tictac sin parar
o eso parece
impulsa el resto del equipo
y a veces nos parece
que hasta se pone a fabricar sonrisas
pero está roto
y una cuerda se tensa
en cada batir
amenazando con volver a deshacerse
habíamos olvidado el día del estallido
o los tiempos aquellos
en que pareció ya no quedarnos nada más que pedazos en las manos
de algo que creímos real
que inventamos auténtico
o que nos reconstruimos de la mejor manera
que nos vendimos solas
esa hermosa mentira
a la que nunca debimos pararle zona
entonces
un día
regresa una canción
una simple canción de aquellas que sonaban en el carro
hasta que el viejo radio
ya no reconoció discos compactos
y entonces recordamos
con un estirón de venas dentro del pecho
que una vez el corazón se nos hizo pedazos
y que los recogimos
y que lo remendamos como mejor pudimos
porque había niños que nos necesitaban
que poco a poco volvió a funcionar
pero que se había roto
tan solo eso
que un día solo se nos rompió
y que
más allá de los remiendos y el costurón queloide
se nos quedó
bien
r
o
t
o
sin solución perfecta
ni aquello que le dicen resiliencia
y nadie entiende bien qué mismo es