viernes, 10 de abril de 2009

la esperanza tiene el color de tus ojos

Ayer te vi.
A los tiempos.
No sé si has crecido en talla; pero veo en tu rostro algo que no estaba antes.
Madurez.
Ya no quiero recordar los malos ratos. No quiero pensar nuevamente en todo lo que ayer me forcé a recordar para poder causarte el golpe necesario que te hiciera tomar conciencia de que uno no puede andar por ahí autodestruyéndose y de paso arrasando con la vida de quienes nos aman.
Simplemente, ayer te vi.
Y vi en tus ojos una nueva luz.
Algo que no había.
Esa luz, a veces triste, de la comprensión de lo que va más allá de nuestras posibilidades.
Ya no vi orgullo ni arrogancia.
Vi las marcas del dolor y de la separación forzada.
Y vi el reflejo de mi propio dolor.
Sin embargo, te vi bien, y eso es lo que cuenta.
Hubo lágrimas por ahí, para demostrar que tu alma no se ha echado a perder aunque a veces así me haya parecido.
Pero también hubo alguna sonrisa.
Tu sonrisa.
Eso que creí no volver a ver nunca más.
Y pude sentir tus latidos tan cerca de los míos como cuando ocupabas un espacio dentro de mi cuerpo, aunque no nos hayamos podido abrazar.
Ayer te vi y vi cómo la vida se puede reciclar después de las tormentas.
Y entendí una vez más que el camino es andando.
Y supe que hay esperanza en todas partes.
Esa esperanza alada y maravillosa que hoy por hoy tiene el mismo color de tus ojos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

[me tomaré el atrevimiento de llamarle Estimada]

Estimada Lucrecia,
He estado siguiendo sus entradas al blog y también su página de facebook, y de todo lo que Usted ha escrito últimamente, esto me tocó el nervio.

Felicitaciones por eso, porque no resulta fácil provocar en otros esas 'Ganas de Hablar'; que en otras ocasiones faltan...

Ese es el poder de la palabra.

Salu2,
Gonzalo

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

compartir