viernes, 8 de agosto de 2008

en defensa de los simpson


Mucha gente les tiene miedo a Los Simpson. Por cínicos, por irreverentes, por no mostrar la madre abnegada, el padre cargado de autoridad, por mofarse de las instituciones, porque los niños son más sagaces, íntegros y sabios que los adultos. En fin, porque se pasa por el forro todo lo sacrosanto de este mundo.
A mí me encantan. Pero comprendo a quienes les temen. Es el mismo temor de la madrastra de Blancanieves ante el espejo que le cantaba las verdades en su propia cara.
Quisiéramos vivir en un mundo en donde todo fuera perfecto, en donde las fisuras y las debilidades de lo que nos hemos inventado como inamovible para no sucumbir a la incertidumbre no se vieran, no se sintieran, no se supieran. Quisiéramos vivir en un mundo en donde las instituciones nos sostuvieran el miedo y donde los niños se callaran y se equivocaran siempre. Pero, para mí, afortunadamente, no es así.
Una de las más fuertes críticas que se le hacen a este ingenioso (por decir lo menos) programa de televisión, es que 'no enseña valores'. Cabría una pregunta: ¿enseñan valores los noticieros? ¿enseñan valores las series policiales? ¿enseñan valores las telenovelas? Esos barnices de moraleja, esos cursis colofones de las seriales familiares, esas mal pegosteadas reflexiones de las telenovelas... ¿a quién convencen?
Cuando yo miro los Simpson, más allá de la cerveza que Homero le puede ofrecer a Bart, más allá de la humanísima ludopatía de Marge o la conmovedora integridad de Lisa, miro a mi familia, a tu familia, a todas esas personas en constante lucha contra la propia naturaleza, miro a las familias que tratan de reciclar su amor por encima de sus historias personales tortuosas y de las angustiosas debilidades de las que somos conscientes. Miro a la gente de mi barrio, de mi calle, de mi ciudad y de muchas ciudades. Me río a carcajadas, pero debo confesar que a veces también he llegado a conmoverme hasta las lágrimas. Y rescato lo rescatable, que es mucho más de lo que parece a simple vista.
Y si algún organismo del gobierno de Chávez ha prohibido la serial porque Homero le brinda un poco de cerveza a Bart, es porque ellos ven solamente la cerveza, más allá del humor, la sensibilidad y la innegable poesía que se esconde entre las líneas de la serial creada por Matt Groening.

1 comentario:

Unknown dijo...

Si!
Sinceramente, hubiera preferido que mi papa sea como Homero a que sea esa figura de autoridad, casi marcial, que de un grito nos dejaba a todos ¨quietos para la foto¨, y que ademas de eso nos ofrecia cerveza......

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