viernes, 30 de marzo de 2012

las abuelas no deberían morir en día laborable

deberían esperar a que sea sábado
y haya sol
y los pájaros canten el adiós con toda el alma
o deberían esperar
una tarde de lluvia
una noche callada
nada de tener que regresar corriendo al trabajo
nada de pensar en lo que haremos mañana
tan solo el tiempo de acunar la despedida
con la ternura que ellas mismas nos enseñaron
las manos en las manos
y la inútil oración que más allá de todo trae consuelo
las abuelas
deberían saber cuánto y cómo se les quiso
y ver brillar nuestros ojos en llanto
aunque hayan dicho que no quieren lágrimas
tan solo para quedar bien con aquellos que estiman

después
la vida seguirá
nacerán margaritas en todos los jardines
y vendrán nuevos niños y niñas
a encender las lucecitas de la navidad
después
serán en la sala la foto de alguien cuyo nombre ya no se recuerda
pero ahí estarán
en un rasgo del rostro
en una vieja canción que alguien repite
sin saber que con ella le acunaron
tal vez también traigan miedos antiguos
y dolores que callaron
por eso del amor
pero que igual se saben
por eso del amor también

las abuelas deberían marchar entre abrazos
y ser despedidas como reinas
y recordadas como quien sembró y recogió
y quedarse en la retina de quien las conoció jóvenes
como la flor que siempre fueron
incluso cuando se les dejó de notar

pero el tiempo a veces se pone cruel
y no acompaña los caminos del corazón
qué le vamos a hacer
qué le vamos a hacer

lunes, 26 de marzo de 2012

el primer poema de Mina Serrano


como la hoja

que el viento lleva y trae

antes de depositarla

despacito

sobre el suelo


así

mi corazón se bambolea

en medio de la soledad

que no me duele

al dejarme caer

sobre la tierra


miércoles, 21 de marzo de 2012

pedacito de amor



(escuchar mientras se lee el poema)

pedacito de amor
que no sirve para nada
/yo sé/
apenas nubecita de los ojos cansados
y tibieza en el alma cuando se evoca un nombre
trocito de recuerdo
que no se cuenta a nadie
ridículo
que de tanto repetirse ya no importa

pedacito de amor
que acompaña el insomnio
como una vieja y pobre hada madrina
cesante de otros tibios avatares
apenas retacito de lo que no dijimos
porque no hay para qué

pedacito de amor
que se calla y se muerde
que no quiere estorbar
otras felicidades de fuego artificial
apenas tibios roces de yemas de otros dedos
en células que no saben de olvido

pedacito de amor
que siempre se disfraza de cualquier otra cosa
ojos que al sonreír no se quieren vender
momentos compartidos que ya jamás se irán
paseos por ciudades visitadas en sueños
nada de realidad
nada
de
nada

pedacito de amor
que no tiene final
ni voz
ni duelo

(escrito al escuchar la Invención en Re menor de Bach interpretada por Emerson, Lake & Palmer)

lunes, 19 de marzo de 2012

madre cariñito santo


por Miguel Vera
nos tocamos en suerte
qué le vamos a hacer
aunque quieras
no hay divorcio posible
entendí que esperaste mucho de mí
como todas las madres aunque digan que no
y quizá tenías razón
después de tanto trabajo
de tanto dolor aguantado
de tanto novio rechazado desde que el viejo se fuera con otra(s)
por cuidar de nosotros
sobre todo de mí

no vengas a alumbrar mi existir
madre cariñito santo
que yo pago mis cuentas de la luz
sin ti de seguro mi vida tendrá un momento de llanto
pero continuará
porque comprendo
que el destino del hombre es la orfandad
y el de la mujer también
supongo

lo que no quiero
es oír tus reproches sobre lo que me gusta ser y hacer

lo que no quiero
es que perdamos tiempo de vida
revisando las normas que he incumplido
en lugar de seguir jugueteando como cuando era un bebé y me hacía caca tranquilamente y no tenías ningún problema en cambiarme los pañales
en lugar de contar chistes y simplemente reírnos
en lugar de mirar por la ventana el mundo al que me
has entregado
y poder decidir
sabiendo que mis ojos sí son como los tuyos
pero observan las cosas
de un modo diferente

jueves, 1 de marzo de 2012

con un fondo de bach


no podré ya dejar de amar esa sonrisa
y el tenue paso de su amistad callada
por las oscuras sendas de mi alma
no lo comprende
aunque piensa que sí
es demasiado silencio
y sin embargo
me devolvió a la vida sin saberlo
y cada vez que busco
la tibieza de su hombro para el llanto
sencillamente está
y también es
como en buen castellano
a veces
/solo a veces/
como una flor herida
saca una que otra espina para guardar las formas
y comprendo que así tiene que ser
otras veces
en cambio
llueve de harina y miel
bálsamo sanador que no promete nada
tan solo cura
y calma
la tormenta sin nombre de tantas soledades
que se vuelven secreto
y se esconden apenas ruborosas
detrás del manantial inmarcesible
de su sencilla ternura de amigo

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