quién tuviera
tan solo
la palabra precisa
que devuelve las cosas a su sitio
quién
pudiera
con el toque leve de la yema de un dedo
detener
el imparable caudal del llanto
quién supiera
cuándo callar
cuándo cantar
y hablar
y qué decir
quién pudiera enseñar
a nunca errar el paso
para no lastimar
ni hastiar
quién
tan solo
supiera
cuándo hacer qué
y amar
hasta el final
sin estropear
tan solo
la palabra precisa
que devuelve las cosas a su sitio
quién
pudiera
con el toque leve de la yema de un dedo
detener
el imparable caudal del llanto
quién supiera
cuándo callar
cuándo cantar
y hablar
y qué decir
quién pudiera enseñar
a nunca errar el paso
para no lastimar
ni hastiar
quién
tan solo
supiera
cuándo hacer qué
y amar
hasta el final
sin estropear
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