Explicar este título implica ser infidente con algunas personas, así que, aunque parezca que no tiene nada qué ver, en realidad tiene bastantísimo qué ver, y no pregunten más.
retazo de mi sangre
decir
pulguita
corazón
niño mío
carne de mi carne
sangre de mi sangre
decir
mima
muchacho
no alcanza para nada
no describe la mezcla
de desazón
y gloria
felicidad y horror
que es tenerlos
desde que salen por fuerza del útero
y su llanto nos parte en dos la vida
ni ese miedo constante
a los desastres
al término imprevisto
a la fragilidad
la transgresión temprana
la justa libertad
y al pavoroso [no] me da la gana
dónde
se termina el respeto
dónde
toca olvidarse del lazo de sangre
y castigar
y quitar privilegios
aplicar consecuencias
gritar
putear
“hacerrrse respetarrr…”
cuándo
hay que dejar de verse en esos rostros
y entender
que parecen espejos
pero son piernas y alas
que se irán por la vida más temprano que tarde
si todo sale bien
8 comentarios:
Hola Lucre!
Como siempre encuentro tu blog cercano y familiar (y no porque seas mi prima que conste…).
Es agradable leer poesía ecuatoriana libre de la arrogancia, la verborrea y la indefinición que suelen caracterizarla. Simples, sencillos, cotidianos, que tienen que ver con algo, así me parecen tus poemas, por eso me gustan. Así como también me gustan los poemas de Gioconda Belli (Espero que esto no sea un insulto para ti, por que en gustos y colores…). Si te ofendo discuparás nomás.
Chéveres los artículos de la sección “he pensado”, gracias por dar escribiendo lo que muchas sentimos pero nos da pereza expresar.
Un abrazo,
Tu primita linda
Gabrielita.
Querida Lucrecia, no sé por que me acusas tan cruelmente de no saludarte. Si yo soy muy saludador, y besador y abrazador. Habrá sido en algún momento multitudinario en el que uno no ve a nadie sino que desea salir corriendo del lugar... Te aseguro que cuando quiero atormentar a alguien no lo hago dejando de saludar, así que no seas cruel, sé buenita.
Un abrazo, un beso y SALUDOS
S. Páez
Juro que no te vi, cuando tengo que hablar en público me pongo muy disperso y disgregado por eso no hago lanzamientos de mis propios libros). Con toda confianza, debiste darme una discreta patada en la canilla, así yo no hubiera quedado como un salvaje despistado!!!!!
Un abrazo,
S. Páez
He sufrido con este poema mucho
El tiempo se nos va cuando los hijos crecen, cuando están listos para las jornadas que l vida les da. Y nosotros nos quedamos allí, solitos, amarrados a nuestra pena, a esa impotencia de no saber que hacer. Muy bonito este texto
esos locos bajitos...!
lindo poema
te abrazo
Me he encontrado una casa que vale la pena visitar.
Pasaré mas seguido.
Ciertamente me dio pena por mi vieja.
Saludos, el poema fluye.
Publicar un comentario