domingo, 8 de julio de 2007

SOLUCIONES


Ya he hablado de política en otros artículos, así que ahora prefiero "fresquearme" un poco y enfocarme en temitas menos serios.
A veces me da por observar las soluciones que los ecuatorianos planteamos a los problemas cotidianos, y me pregunto el porqué de una tendencia que se parece más a la venganza o el auto castigo que a las ganas de arreglar las cosas. Vamos a ver, por ejemplo, dos situaciones bien comunes entre nosotros:
  • Un auto se ha estacionado delante de la puerta de un garaje o de una salida. El dueño del garaje necesita salir de urgencia de este garaje. Pregunta al guardia de la calle si sabe algo. El guardia no ha visto ni sabe nada (qué raro). El hombre (o la mujer) espera un rato, mira a ver si alguien viene por algún lado. Nadie. Entonces la víctima de esta circunstancia, presa de la mayor indignación, antes de ir a llamar un taxi para irse a donde sea, toma la salomónica decisión de castigar al infractor o infractora, y baja dos de las cuatro llantas del auto estacionado en su garaje. Luego, ya tranquilo por la efectividad de su "venganza", se va en taxi, bus o trole a donde sea. Me pregunto: ¿qué obtuvo? ¿acaso no se da cuenta de que el hecho solamente prolongará la estancia del auto infractor en su puerta? ¿no habría sido más efectivo llamar una grúa, o algo así?
  • Hace poco circuló por correo electrónico la noticia del asesinato de un joven en el Centro Histórico, dicen que para robarle un teléfono celular. Hecho lamentable que todos deberíamos censurar. Pero en el texto del "mail" (muy mal escrito, por cierto) se proponía una 'salomónica' solución para frenar la delincuencia en el Centro Histórico de Quito: no ir más. O sea, dejar desierto el lugar, seguramente para que los hechores de ese y otros crímenes 'caigan' con más comodidad a otras víctimas que se vean obligadas a ir por cosas de la vida. No ir más, decían, para castigar a la policía y a las autoridades municipales que no han hecho nada para precautelar la seguridad de los visitantes al lugar. Me vuelvo a preguntar: ¿siquiera se percatarán del 'castigo' los concejales y policías municipales? ¿le afectará al Alcalde que la gente deje de ir al Centro Histórico y se quede viendo Nick at nite en su casa? Obviamente, quienes sí se verán afectados por este boicot serán los honestos comerciantes y dueños de locales del centro que, sin tener arte ni parte en el crimen, sufrirán enormes pérdidas por este castigo inmerecido para ellos.
Alguna vez, en alguna institución capitalina, los empleados estaban inconformes con ciertos manejos, y decidieron no aceptar el agasajo por fiestas de Quito que se ofrecía. Alguien, con sabiduría no exenta de sarcasmo, sentenció: "Bueno, entonces también devolvamos el décimo tercero (sobresueldo de diciembre)". No sé si viene del catolicismo español o del proverbial masoquismo serrano y ecuatoriano, pero cada vez que ocurre una de estas circunstancias recuerdo aquel refrían que dice que con frecuencia el remedio puede resultar peor que la enfermedad.

1 comentario:

Ana Maria dijo...

como le va Lucre! hoy le estuve pensando y me meti a ver su blog... la verdad me encanta poder leerlo de vez en cuando porque es como escucharle a usted en la clase! buenas reflexiones como siempre...le quiero y cuidese!
Ana Maria

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