para mis hijos
la mentira mordaz del canto de sirena
el cínico tridente de la angustia
la hechicería engañosa y seductora
los monstruos
esos seres de espanto y algas verdes
que algunas anhelamos a pesar del pasado
la escurridiza gloria
/una entelequia
lo sabemos
con nombre de mujer para peor/
las páginas sociales
las noticias culturales
/que vienen siendo casi casi exactas/
el camino de arteras ilusiones
el mordisco brutal del desamor
todo
cobra sentido y forma
cuando la nave encalla con sus ruedas
frente a la puerta blanca
y hay saludos y chistes
broncas y desacuerdos
viejos recados de papelería
abrazos más robados que donados
pequeñas confidencias
líos de adolescencia
despelotes domésticos y risas
anudando la trama
del telar inconcluso de la vida
1 comentario:
De Yolanda Zabala:
Pa' saludar el blog, no es muy propio quedarse callada.
Itaca me gustó, el poema tiene una clave tierna- aparte del epígrafe- y huele a dulce de hogar. He recordado puertas y abrazos fraternos con desamor,(perdón, que cada cual tiene sus remembranzas) lo bueno es regustarlas y buscarlas en la memoria, para hacerles diálogo en presente, con la ayuda de tu texto.
Virginia Tech, tiene esa otra cara de la moneda echada en suerte, en la que traduces la sombra del "monstruo" y la lectura desde el rostro del asustado Cho Seung-Hoi.
Bueno el otro testimonial, de habitante tercermundista que no se raja, tiene la marca contemporánea de las muchedumbres movibles, en estas fronteras "porosas" de la globalización, muy "acorde a los tiempos". Tiempos que sí corren al otro lado del río o al huerto ajeno a buscar respuestas o soluciones.
Saludos y abrazos.
Yolanda.
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