solo en el valle de las tinieblas
temo
el eco recurrente de mis propios balidos
cae como una lluvia de fango
sobre el blanco silencio
si el Señor fue mi pastor alguna vez
quizá ya no nos gustó a ninguno de los dos
y aunque /para variar/
nada me falta
todo
también me falta
todo
[De Salvo el Calvario]
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