sábado, 8 de septiembre de 2007

POR SUS OBRAS LOS CONOCERÉIS...

Quienes me conocen -y han leído mi blog - saben que no soy una persona particularmente religiosa. Pero eso no tiene mucho que ver con lo que voy a decir ahora, pues, aunque no sea religiosa, creo saber dónde sí es oro lo que brilla y donde no es más que oropel.

Por eso, aunque me ha fastidiado, no me ha llamado la atención cómo en estos últimos días (semanas, mes...) en todos los medios, incluida la revista Selecciones, hemos visto nuevamente la biografía de la difunta Lady Diana junto con todos los detalles de la infidelidad de su marido (no se sabe bien a quién fue infiel, en realidad, ni por qué) y otros acontecimientos que, si me hubieran pasado a mí, por ejemplo, no le habrían servido para un carajo a nadie. Han aparecido reportajes, artículos, seriales de televisión, miniseries, libros... en fin, a la pobre Lady Diana solo le ha faltado resucitar para ver cómo su ex esposo es por fin feliz con Camila Parker-Bowles (como siempre lo fue, por otro lado).
Sin embargo, sí hay que anotar, que, aunque haya muerto apenas una semana después, no ha habido el mismo despliegue mediático respecto de la Madre Teresa de Calcuta. Y una no puede dejar de preguntarse por qué esta mujer pequeña y generosa ha caído, de golpe, en el olvido. ¿Será porque no tenía tanto glamour como Diana? Esa es una posibilidad. Una túnica blanca con azul todo el tiempo no es un objeto tan subastable como, por ejemplo, los artículos personales y los vestidos de noche de Diana, eso hace noticia (aparte de que creo que la Madre Teresa ni siquiera tenía objetos personales, y peor subastables). Por otro lado, la Madre Teresa no tenía novio, y al no tener novio no podía nadar en el yate de su novio, y al no nadar ligera de ropas en el yate de su inexistente novio, no era un ser apetecible para los paparazzi, obviamente, aparte de que entre sus innegables cualidades no se encontraba la de ser escultural y fotogénica.
Pero, más allá de la broma, ¿quién hizo más? No lo sé. Supongo que, en medio de su corazón lacerado, Diana hizo lo que mejor pudo por sus hijos, por sacar adelante su vida y por un número de causas humanitarias que desconozco. Exactamente qué hizo en este último rubro, no lo sé. Lo que yo he visto es que ha subastado vestidos, se ha tomado fotos y ha dado la mano a un montón de señores y señoras importantes, y supongo que eso ya es algo. Eventualmente también ha levantado en brazos a algunos niños desnutridos, con síndrome de Down o con problemas por el estilo. Aunque, obviamente, por mucho que me esfuerce, no me parece el equivalente a lavar cotidianamente las llagas de un leproso, a recoger parias moribundos de las calles para llevarlos a un buen albergue, a abrazar y besar a enfermos de Sida en sus últimos minutos para que no mueran en soledad...
Sin embargo, es Diana quien puebla las portadas de toda clase de revistas, la que sale en la televisión, la que, como un fantasma, deambula por la memoria de la humanidad entera enseñándonos lo que el mundo actual sigue como una verdadera religión: que el glamour y el romance barato pesan mucho más en la memoria de la gente antes que la generosidad y el amor realmente práctico a los pobres y desamparados. ¿No les parece así?

2 comentarios:

Unknown dijo...

Lucrecia, llego aqui a traves de Nadia Linda, y mi humilde opinion es que una nacio en England, y la otra en Albania.
Una vivia en la casa de la reina y la otra en la casa de los aburridos humildes de Calcuta.
El ayuno de una era "comer menos" y el de la otra era no comer para dar a un hermano.
(Me irrito a mi tambien toda esta estupidez mediatica)

Gabriela dijo...

No caben dudas que el glaumor y lo superficial, no solo pesan mas en la memoria de la mayorìa, sino que ademas, crece este concepto, crece peligrosamente. Y asi estamos....
Buenìsimo el blog!
Besos Lucrecia.

Gabriela
http://cybertangogaby.spaces.live.com/

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